El buque contratado por Repsol Rowan Renaissance, que comenzó sus trabajos el pasado 14 de noviembre en el pozo Sandía (3.170 metros de profundidad), podría no iniciar la segunda prueba a la que estaba autorizada en la cuadrícula Chirimoya por no conseguir los resultados esperados en las primeras exploraciones. De hecho, uno de los buques que acompañaba al Renaissance, el danés Troms Lyra, se encuentra en estos momentos en el Canal de La Mancha rumbo a Aberdeen después de que Repsol resolviera el contrato con sus armadores, según fuentes no oficiales de la compañía petrolífera consultadas por CanaryPorts.
La compañía española dejó de aportar sus informes de exploración el pasado 19 de diciembre, cuando anunciaba que los trabajos habían alcanzado una profundidad de 2.756 metros. Sin embargo, el pasado viernes, Repsol aseguraba que el 29 de diciembre había llegado a los 2.740 metros de profundidad.
Para el Cabildo de Lanzarote esta información “falta a la verdad de manera fehaciente” y demuestra “la confusión que la petrolera acusa desde el principio de su campaña en Canarias en este asunto”. Además, recuerdan que la profundidad autorizada en el BOE del 13 de agosto por el Ministerio de Industria para esta cata es de 3.170 metros, y no superior, “como previsiblemente puede anunciar la petrolera para justificar su supuesto error”.
La Oficina de Acción Global del Cabildo de Lanzarote ha informado que la retirada de Repsol de las aguas Canarias no detendrá en ningún caso las denuncias actualmente en curso interpuestas en diferentes tribunales, en la Unión Europea, así como en otros ámbitos sociales, políticos, empresariales y científicos.